viernes, 23 de septiembre de 2011

Oye, pues poca broma.

Carmen de La Mancha estaba en Granada con un amigo. Bailaban en una discoteca y se le acercó un chico vestido con un traje de terciopelo, melena larga y sombrero. Él hablaba en inglés, ella en manchego. Bailaron. Carmenlú no sentía tipo alguno de atracción hacia él. Es por ello que en el momento en que el melenas le pidió que se fueran juntos a casa para intimar un poco más ella le contestó que no. "Entonces me pegó una hostia y se fue", explica la agredida. "¿Y qué hiciste después?", preguntamos nosotros. "Pues nada, ¿¡qué voy a hacer!?, me quedé allí bailando".


Carmen de La Mancha dándolo todo en Kuuba con Chrístopher al fondo.


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Continuando con las maravillosas aventuras que vivimos en nuestro periplo por la Europa profunda, hablaré ahora de...

Anécdotas varias.

Bajo este título cutre continuaré el relato con diversos episodios sucedidos en Riga, capital de Letonia. Es la ciudad más grande de los estados Bálticos y el mayor centro cultural, educativo, político, financiero, comercial e industrial de la región.

El centro histórico de Riga ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ya que posee la mejor colección de edificios de Art Nouveau en toda Europa. La capital letona ha sido elegida como Capital Europea de la Cultura en el año2014. (Fuente: Wikipedia).
Rezando como buen católico que soy.
Contaba en el anterior episodio lo sucedido en el Pukvedits con el derramamiento de mi cerveza, pero no lo sucedido más tarde. Desde ese lugar mágico lleno de tíos y tías petard@s nos encaminamos hacia el Moon Safari centro del estudiantado Erasmus y lo poco chusco. Para entender el sentido de la palabra chusco pulsen AQUÍ

Por el camino, nos encontramos a tres chicos, tal vez letones, a los que Diego Fernández gritó ¡Spain is different!. Sí, amigos, lo gritaba el mismo que defiende la independencia de Galicia: cosas de la bipolaridad. Total, que nuestros recién conocidos amigos letones comenzaron a preguntarnos cosas ininteligibles hasta caldear la cosa haciéndonos ver que en cualquier momento nos mataban. Como gente valiente que somos, nos enfrentamos a ellos y salimos ganando. Que no...que es broma. Salimos corriendo.

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Tras esta escena pandillera de violencia gratuita, conseguimos llegar al Moon Safari. Alba estaba demasiado animada, se había tomado unos cuantos chupitos y todo le hacía gracia. Tratamos de escapar de ella y fuimos al French Bar. Justo enfrente hay un pequeño parque en el que decidí orinar. Era una zona llena de matojos y otras hierbas en la que nada podía indicar lo que después sucedería.

Mientras meaba con suma felicidad, un hombre alto, calvo y guardia de seguridad creó un plan fantástico: venir corriendo hacia mí y golpearme en mitad de la meada. Lo llevó a la práctica y consiguió tirarme al suelo. Resulta que el hombre estaba allí garantizando la seguridad del descampado. Sin embargo, mi estado feliz y contento me llevó a continuar en una esquina.


Debate muy interesante en una calle de Riga.
Desde allí, nos movimos a una discoteca con aspecto pijo (nada que ver) y volvimos a huir de Alba. Esta vez decidimos volver al Pukvedits, pero ya iba a cerrar y no nos dejaron entrar. Sin embargo, continuamos en la puerta, conociendo a gente petarda. Muy muy petarda. Entre ellos, un hombre que nos ofreció llamar a sus amigos para que nos buscaran unas señoritas para disfrutar de un sex massage. ¡Cómo está el mundo de la prostitución! Sin saber cómo deshacernos de ese pesado, caminamos sigilosamente hasta llegar al hostal. Misión cumplida: nos habíamos librado de él.

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Una vez en el hostal, Diego Fernández se acostó. Chrístopher, Alba y yo continuamos la fiesta en la cocina comunitaria. Con la música del ordenador y bailando sobre las mesas donde la gente desayunaría dos horas más tarde. Llenándonos la cara de dentífrico sin saber por qué. Y en mitad del jolgorio, un vejestorio (vaya pedazo de rima, soy un poeta) llegó y se sentó para consultar algo en un ordenador. Yo decidí bailar a su alrededor mientras todos hacíamos palmas. El momento más bonito de la historia del pop (dedicado a Isabel Beldad).

Sólo sé que, por la mañana, amanecí en la cama de Alba con Chrístopher a un lado y ella en el centro. Los tres en una cama minúscula. Escalé y subí a la de arriba (era una litera), donde seguí durmiendo.

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Diego posa con el cartel.
Al día siguiente descubrimos un poco más la ciudad: fuimos a un mercado donde todo era veinte veces más barato que en Finlandia y descubrimos un recinto en el que se estaba celebrando un festival de cine. Carteles de La piel que habito por todos lados. Sin embargo, no la proyectaban hasta el domingo, día en que estaríamos viajando en barco Tallin-Helsinki.

Comimos en un sitio típico que nos aconsejó la chica de la oficina de turismo (una letona que había hecho su Erasmus en las Islas Canarias y trabajado después en Mallorca, sin visitar nunca la península). 

Por la noche fuimos a tomar unos chupitos. Cuando entramos al bar, nos sorprendió que cada uno de ellos tuviera un precio superior a 9 euros. Preguntamos si era un error y la camarera (antipática, idiota y petarda) nos dijo que no. Nos fuimos. Pero algunos volvieron a subir las escaleras para preguntar again si el responsable de la carta iba drogado cuando la escribió. La desagradable trabajadora volvió a negarlo. Más tarde descubriríamos que se trataba de un club de alterne disfrazado de bar de copas normal, en el que los precios son más altos para que la gente se largue y poder desarrollar su tarea con los clientes que saben a lo que van.

Acabamos frente a la Casa de las Cabezas Negras admirando cómo se apagaban y encendían las luces mientras suspirábamos con exclamaciones: ohhh, ohhh, aaaaah, ohhhh, sííííí, ohhhh, uhhh, buuuf, aaaah. De allí al Moon Safari, un rato de karaoke, una sidra y a la cama. Al día siguiente nos despertaríamos a las 7.00 AM para subir al bus que nos llevaría a Riga cuatro horas y media más tarde.

En el próximo episodio de Mis hazañas por el mundo, by Diego Cassady:

  • La comilona gratuita en Tallin.
  • El timo de los chupitos.
  • Los pancakes.
  • Julien y la chica negra.
  • Control policia hollywoodiense.
  • Gente al borde del coma etílico.
  • La cárcel de Tallin.
  • El paseo de la cultura.

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Y esta noche... 


A darlo todo con Lo-Fi-Fnk. 

Y mañana: Huoratron, Lindstrom, Rico Tubbs, etc, etc, etc.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

NO ME VAIS A GRABAR MÁS.

Los jueves ya no son juergues porque los viernes suena el despertador a las 07.45. Así que a dormir pronto para madrugar y coger el bus hacia la UTA. Nuestra primera presentación en inglés en Newspaper Language, la mía sobre el 11-S, comparando dos noticias de periódicos diferentes. Al acabar la clase, la profesora, canadiense, estuvo contándome sus cosas y me regaló una guía para hacer recorridos en bicicleta por los alrededores de Tampere. Ella también tiene bici, pero no la usa en invierno porque se cayó y casi se parte la pierna.

Después de clase, a comer como cada día en el restaurante de la facultad, y luego al supermercado a hacer la compra de la noche. De allí a Lapinkaari y de aquí, otra vez, a City para ir a una fiesta de la asociación de estudiantes. Fue la fiesta más petarda de la Historia. Un grupo vestido con túnicas blancas rollo secta berreando en finés. Delirante. Nos pasamos la noche en la puerta. Luego volvimos a la residencia Chrístopher, María, Verónica y yo. Dormimos los 4 en modo sardina.


Marta y yo posando sin cesar.


El sábado nos dedicamos a perder el día. Acabamos la noche en Mixei. Sitio muy petardo al más puro estilo Chueca donde nos pusieron temazos como este, por increíble que parezca.




Allí estuvimos Lara, Marta, Augusto, Chrístopher, Alba y yo. Antes de entrar, Augusto se encontró a dos finesas que nos advirtieron: this place sucks, añadiendo que las lesbianas te meten mano por todos lados. Ni a mí ni a nadie nos metió mano ninguno de los allí reunidos. Pero, al final de la noche, la persona más percal de la discoteca quiso liarse con Alba. Se trataba de una bollera bandolera de unos 100 kg de peso, banda en la cabeza, gafas de sol y aires de prehomínido. (Para saber más: Científicos estadounidenses y etíopes señalaron que creían haber encontrado uno de los restos fósiles de prehomínidos más antiguos...)






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Lo escrito antes de los asteriscos es del martes de la semana pasada. Empecé a escribirlo pero tuve que dejarlo a medio por algún motivo que ahora no recuerdo, así que esa noche queer se remonta al sábado 10 de septiembre.

A partir de ese día ocurrieron muchas cosas. La más importante: el 20 de septiembre (miércoles) tomamos un avión rumbo a Riga, esa desconocida capital europea. Letonia nos esperaba. Lara, Marta, Elena, Alba Lúa, Diego F., Chrístopher, Lukas, Julien y yo nos íbamos de férias.


Alba llora mientras nuestro avión realiza un aterrizaje forzoso.

Nos despertamos temprano, subimos al bus y llegamos a Keskustori, la plaza central de Tampere. De allí al aeropuerto. Alba, Chris y yo en bus (4'40€), los demás en taxi. En el aeropuerto más cutre de la historia de los aeropuertos, el único en el que la cinta de recogida de maletas no da vueltas sino que termina en mitad de una sala en la que, de no cogerlas, se amontonan unas sobre otras creando una suerte de castellet catalanofinés.

El aterrizaje fue un momento de pánico, terror, gritos, tragedia. Todos gritábamos, el avión se movía de un lado a otro, era una película de la que nosotros formábamos parte siendo sus indiscutibles protagonistas para el resto de los pasajeros. Finalmente, tras rozar las copas de los árboles letones, el avión aterrizó al compás del sonido de trompeta de Ryanair.

En otro bus diferente llegamos al centro de Riga, tras cambiar euros por lats letones. Llegamos al hostal, muy hippy, con las paredes llenar de nombres y dedicatorias de los clientes, y pedimos una cama más en la habitación porque a Lukas le habían puesto en otra. Después de montar la cama, Julien y Alba se sentaron en ella, sin pensar que su peso daría lugar a una catástrofe.


La citada catástrofe: cama hundida.


Un paseo por la ciudad, un poco de pottish (comida típica letona) y a seguir paseando, hasta la noche. Jugamos al Ring of Fire (cómo jugar AQUÍ) y terminamos como Las Grecas.


Mi cara de inocencia y yo comiendo 'pottish'.


Esa noche tuvieron lugar situaciones reseñables que paso a relatar a continuación:

-LA CERVEZA PELEONA.

Para quien vaya a Riga, mi recomendación a la hora de salir de fiesta es el Pukvedits. Una discoteca en la que, nada más subir unas escaleritas, entras a un mundo nuevos lleno de diversión, tías petardas, hombres que bailan como si no hubiera mañana y, lo más importante, VIOLENCIA.

Chrístopher, Diego y yo decidimos huir del ambiente Erasmus que nos acosa en cada ciudad y salir por el Pukvedits, un sitio que me había recomendado Lina, una amiga que había pasado el curso 2010-2011 en la capital letona. La música sigue siendo mainstream, pero el lugar tiene algo diferente que lo hace más divertido que los demás sitios, no me preguntéis qué. 


Posar con una cortina de flores como forma de diversión.


Tras pedir medio litro de cerveza cada uno a un precio de risa, nos metimos en el centro de la pista de baile. A pocos metros de un círculo humano en el que la gente salía de uno en uno al centro para bailar sin sentido del ridículo. Entonces se produjo EL MOMENTO. Un hombre giró alegremente dando un codazo a mi cerveza y lanzándola por los aires, con la consiguiente lluvia dorada sobre varias personas, incluido yo.

Una de esas personas no se tomó tan bien el baño repentino y vino a buscar explicaciones. Yo le dije que yo no había sido, que mi cerveza se había caído sin que yo lo decidiera. Continuó sus investigaciones, topándose con unos chicos (uno era majo, el otro tenía poca paciencia) con los que acabó matándose a puñetazos. La pelea fue extendiéndose y, finalmente, un buen grupo de tíos petardos se puncheaban con todas sus fuerzas.

Resultado: nosotros huimos hacia la barra a pedir otra cerveza, los seguratas se llevaron a varios luchadores y la gente continuó bailando en círculo con gran regocijo.


Ejemplo de tía petarda tapándome mientras tomábamos una foto.

-El chacachá del tren.

Recomiendo leer este fragmento al ritmo de la siguiente canción:



Mientras caminábamos por las bellas calles de Riga nos encontramos con un tren turístico que pasea a sus pasajeros por el casco histórico de la ciudad. Pedimos una y otra vez un descuento en el precio, en vano, claro. Nos pusimos los auriculares y recorrimos el lugar escuchando a una señora que no tenía ni idea del idioma en el que se expresaba hablando sin cesar de nombres de calles. No aportaba ni un sólo dato histórico, cultural, etc.: se limitaba a enumerar calles y calles de la ciudad, la de los carniceros (llamada así porque allí se concentraban los carniceros), la de las monjas (llamada así porque allí vivían muchas monjas), la de las vírgenes, etc.


Alba amenaza de muerte mientras el tío que nos había hecho la siguiente foto nos saludaba.


Foto a la que me refería en el anterior pie de vídeo.


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Estos últimos días están siendo una locura de trabajos, ensayos, lecture diaries, etcétera. Cuando envíe mañana el segundo artículo de Newspapers Language y continúe con el lecture diary de Fundamentals of Media Ethics podré contar: 

-La llegada nocturna al hostal.
-La meada asesina.
-Los amenazantes transeúntes y el Spain is different.
-El proxeneta del sex massage.
-La comilona gratuita en Tallin.
-El timo de los chupitos.
-Los pancakes.
-Julien y la chica negra.
-Control policial hollywoodiense.
-El puticlub shootbar.

Y lo más importante... Diego Fernández Fernández y su desaforada pasión por Facebook.









jueves, 8 de septiembre de 2011

La plataforma del lago.

Bueno, bueno, bueno. Estamos a jueves, tercera semana en Tampere. Escuchando Manboy, que mañana tocan en Doris. El martes estuvimos allí. Ese día también hicimos otra cosa: empezar las clases.


En el hall se queda para jalar.


Como el lunes descansamos, el martes empezamos el día con energía. Comenzamos Media in Europe and Russia, con un señor de Helsinki que viene aquí sólo para dar clase. La asignatura gira en torno a lo que dice su título y para aprobar tenemos que hacer un Lecture Diary o un Essay de entre 10-15 páginas sobre el tema que elijamos. El profesor es tan majo que nos deja escribirlo en italiano, francés, inglés, finés, esperanto (WTF?) o español, entre otros idiomas.

Ese mismo día también me estrené en el idioma finés. El suomi es una de las dos lenguas oficiales de Finlandia (la otra es el sueco). Hablado por más de 5 millones de personas, es la lengua materna de más del 90% de la población de este país. Parece difícil, pero el alfabeto se pronuncia (casi) igual que el castellano, y son muy de jotas, erres y demás sonidos muy nuestros, así que no tenemos de qué preocuparnos. Por ahora, ya sé decir kiitos, moi, moi moi, tervetuloa, hyvää, entre otras cosas. (Gracias, hola, adiós, bienvenido, bien). En clase, practicamos con los compañeros -todos internacionales-, repetimos lo que dice la profesora, etcétera. Hoy he tenido que cambiarme de sitio porque en mi estómago se estaba librando la III Guerra Mundial.



Laxante barato.


Recomiendo con toda sinceridad la compra del café GRANAROM (de venta en Lidl) en caso de estreñimiento. Su consumo provoca que te cagues sin cesar durante horas. Soy muy inteligente: ya había probado esta porquería en Madrid cuando estudiaba las noches de mayo-junio con mi querida Sandra (aka Almond Queen) y los dos sufríamos de nauseas, dolor abdominal y cagalera. Sin embargo, lo vi en el supermercado y su precio me hizo comprarlo (además de que no tenían otra marca), así que, esta mañana, cuando me he despertado a las 7.45 para ir a la UTA me he dicho a mí mismo: un café, por favor. Maldito momento. 

He estado todo el día con el estómago en continua batalla, más aún después de comer una especie de cocido-potaje muy extraño pero que estaba riquísimo. A pesar de su agradable sabor, esa salsa blanquecina que lo acompañaba me ha provocado todavía más malestar, así como horripilantes, sobrecogedores e inquietantes sonidos que me han obligado a cambiar de sitio para que la pelirroja que tenía al lado no sufriera un parraque. Sentado entre Chrístopher y Alba Lúa he seguido con la orquesta. Nunca mais GRANAROM.


Mujer muerta por cagalera tras ingerir too much GRANAROM.



Cambiando de tema. El martes, después de empezar las clases, nos fuimos al supermercado a comprar folios que, como todo, no son baratos. Casi 5 euros el paquete, así que nos los repartimos entre Alba, Chrístopher y yo. Critiqué al cajero, un hombre demasiado homosexual, y luego hablaba español perfectamente. La cagué, sí, como hoy. El chiste del día.

Luego fuimos a comprar la bebida de la noche. Cenamos en el Hesburger, el Burger King finés (aquí no tienen, pero sí McDonald's). Se trata de la cadena de comida rápida con mayor cantidad de establecimientos en Finlandia, extendiéndose desde 1992 por todo el país y llegando también a Estonia, Alemania, Siria y Letonia. Las patatas fritas son iguales que las del Burger King. Las hamburguesas, muy ricas.

Allí estuvimos Carmenlú, Chrístopher, Alba y yo. Los cuatro vivimos el patético momento en que un cartel de plástico que mostraba las hamburguesas se cayó encima de una persona que estaba cenando. Una de las trabajadoras lo pegó con celo. Nos meábamos de la risa sin cesar.

Después de cenar, bebimos en City. Allí, en mitad del pasillo. El alcohol nos convirtió en triunfitos y nos dedicamos a hacer duetos, después de jugar a ese juego que siempre me recordará a la fiesta hippie en casa de Mateo (ahora en Israel). Consiste en hacer palmas al ritmo de We will rock you, gestitos y beber. Mi gesto era tú a mí te me relajas. Había un elefante, una frase italiana, etcétera. Estuvimos Albert, Chrístopher, Alba, Pablo, Federiko y un chico de Huesca. Luego vinieron Alba y Lara con Jose, el chico de la asociación de estudiantes que ya lleva 4 años viviendo aquí.

En el Doris había mucha gente esa noche. Una fiesta especial por no sé qué. Música genial. Un rato sólo de country con todos creyéndonos vaqueros del salvaje Oeste. Una mujer finesa recién llegada de Caracas con acento venezolano que nos ha invitado a una fiesta latina. Cánticos en la puerta ante el asombro de los fineses. Lara y Marta sentadas bailando como indias la música indie. Muy fan.


Serena (italiana) y yo antes de salir un día de la semana pasada.


Cuando cerraron el garito, nos vinimos para Lapinkaari con la buena suerte de perdernos y acabar en una plataforma encima del lago. Se trataba de una especie de puente que acababa en mitad de las aguas y que se tambaleaba si te movías. Alba y yo tumbados, mirando las estrellas, con el agua justo debajo, siendo muy felices. Momentos únicos.




En próximas actualizaciones: el día en que le pegaron una hostia a Carmenlú; el momento en que llego a la habitación y hay una silla y un colchón nuevos; la adicción a Facebook de DFF; el sueño de Chrístopher en el que Carmenlú se llamaba Marisa Pipa; etcétera.










lunes, 5 de septiembre de 2011

Espuma en la boca.

Carmen Lucía, la hija y la madre de España y de Finlandia, está enferma. Tiene una infección en la garganta. Cuando fue, ayer, a visitar al médico, éste le dijo que se fuera a pasear de noche por la calle. "¿Pero cómo me voy a ir yo sola por la noche a dar vueltas por la calle? Pero que se van a pensar que estoy loca". Le recomendó también abrir las ventanas y las puertas, airear su cuarto lleno de gérmenes para dejar de estar enferma y vivir una vida nueva alejada de telarañas en la garganta, de mocos que se agarran y no le dejan respirar, de asfixia, tonos morados de piel, muerte y destrucción.

Ochenta euros en antibióticos y treinta y seis en la consulta. Así es la sanidad, ¡amigos! Y si no queréis gastar lo mismo en España, votad a Rubalcaba. En el McDonald's a las cinco de la mañana, con una Doble Cheese Burger entre manos, Carmen Lucía le soltó a Chrístopher que lo que se estaba comiendo "estaba más seco que el chocho de la Bernarda". Fue el mismo día de nuestra salida a Ruma. No tiene nada que ver con su enfermedad, pero es una muestra más de su personalidad envolvente.


Carmen Lucía, aún sana, con el italiano Federiko en Kuuba.


Hoy hemos visitado a Carmenlú, que todavía estaba convaleciente. Ya se encuentra mucho mejor. Para alegrarle la tarde, he decidido cantar sin cesar a grito pelado con la intención de que unas tías petardas guiris del extrarradio de Europa no dieran crédito a lo escuchado.

Mientras escribo estas líneas, Alba Lúa nos informa a Chrístopher y a mí de su nueva laca de uñas. Más información en la siguiente imagen.


Alba tratando de parecer heterosexual por una vez en su vida.


Alba intenta conseguir una cara divertida sin lograrlo.

El problema de Alba Lúa es que no puede parecer heterosexual, pero no es lesbiana. Sin embargo, la queremos tal y como es. Aunque su vida gire en torno al insulto gratuito a todo el mundo. Ella es this way. Amor.

Ahora la chica se dedica a hacer cuentas para que le paguemos la compra del LIDL. Esta tarde hemos estado en el Stockmann, El Corte Inglés finés, lleno de toda la comida del Universo. Yummy yummy yummy!

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El viernes estuvimos bebiendo en City y acabamos como Las Grecas. Todos juntos bebiendo frente a la puerta del patio, allí estaban Serena, mi novia Caroline, Diego, Pablo, Lara, Marta, Alba, Chrístopher, Dani, Giacomo, Elena, mucha más gente y yo. Nos decidíamos entre Tivoli y Miami, dos de los sitios más cutres de Tampere, y acabamos en el primero porque había fiesta de la espuma.

Hacía muchos años que no vivía esta experiencia. Recuerdo que, de pequeño, llenaban de espuma el recinto ferial de Hellín y yo lo daba todo entre la espuma. Lo que no recordaba era que, después de cubrir todo tu cuerpo sensualmente con la foam ésta se convierte en agua y te congelas, sobre todo si vives en esta ciudad del demonio en mitad de Escandinavia. Diego y yo tratamos de secar los polos en un secador de manos del baño, pero los vaqueros no tenían solución. La única conclusión que pudimos sacar fue que ir al McDonald's lo solucionaría todo.

Allí, Diego se comió dos hamburguesas dobles, con sus patatas y su Coca-Cola. Se las comía aislado, sin observar a nadie, ensimismado, disfrutando cada mordisco. Moría de placer. Mientras, Lara, Marta y yo nos quedábamos anonadados con su éxtasis.

Resumen de la noche en fotos. En las fotos no se observa el momento en que tragué espuma y casi vomito dentro del recinto espumoso, pero sí, amigos: ocurrió. (No llegué a vomitar, he de aclarar).


Diegos al cuadrado luchando.




Riéndome de Alba una vez más.


Antes de perder la dignidad entre la espuma.


Cómo morir ahogado con Mistol.



Bailes to creichis.

Al final de la fiesta, hicieron una especie de concurso en plan Mr. Boxer y Mrs. Bragas en finés, no entendí nada. Sólo observé cómo las tías tocaban sus pechos turgentes llenos de espuma excitando sobremanera a los salidos que tenían a su alrededor. Asco.

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El sábado nos despertamos en City (dos días durmiendo fuera de casa), comimos comida congelada (Chrístopher una especie de pastel de macarrones típico finés y, por ende, repulsivo; Alba unos spaghetti y yo lasaña.) También nos acompañó la entonces enferma Carmenlú que comió también spaghetti.

Por la noche, plan tranquilo. Vimos Once. La película más aburrida de la historia del cine.



Recomiendo su visionado en caso de insomnio o si no tenéis claro cómo hacer una película sin trama y guión. Fascinante.

Al día siguiente, comimos pasta en Lapinkaari, nos recorrimos el Youtube de arriba abajo y nos fuimos a la sauna. Cuesta 5 euros, pero nos colamos. Sauna-lago, lago-sauna. Es increíble la sensación, los músculos agarrotados, la piel más suave que nunca, la intensa sensación de quemazón a 120º pasando luego a los 16º del lago. Hay que vivirlo.

Por la noche intentamos ver Magnolia. Esa película sí que es genial, pero me quedé dormido y Lara me golpeó para despertarme. Sin embargo, decidimos quitarla y verla otro día.

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Aunque esté en Finlandia sigo acordándome de todos. Me pongo cursi, pero es así. 

Hoy, con todos ustedes, las dos Martas del meu coração.


Marta.


Kukur.






viernes, 2 de septiembre de 2011

Conexión PETARDA.

El miércoles viví una noche terrorífica. La noche de las tías petardas. Cuando el sol dice hasta mañana y llega la penumbra, la tribu entra en el baño. Se maquillan, se cardan el pelo, sacan la lengua, se miran en el espejo, se ponen el vestido y se quitan las bragas. Ya están listas para salir.

Una vez en la discoteca, bailan de una manera indescriptible. Su cuerpo se desencaja, bailan solas, acompañadas, te hablan aunque no las conozcas, te miran de soslayo. Nunca bailarán, sin embargo, como la Gitana Torbellino.




La noche del miércoles estuvimos en RUMA, discoteca indie and alternative (así se presentan) situada frente a Klubi, nada más subir de la Railway Station, pasando bajo el puente. Dos euros con guardarropa, algo inaudito en Tampere. La música, genial. Como si hubieran puesto una lista mía de Spotify. Caribou, The Smiths, Crystal Castles, Lykke Li, Moloko, Chicks On Speed, etcétera. Después de la primera hora, empezaron a pinchar música extraña finesa tipo rap. Tres tíos bailaban a su manera, tal vez rapeando. Un hombre ruso lo daba todo totalmente solo. También había dos chicos españoles. A uno de ellos lo conocí al salir de la discoteca del jueves pasado, pero nuestro estado nos impedía recordar de qué hablamos en ese momento.

Augusto conoció a la Petarda Nº 1. Desapareció con ella. Luego volvieron, y la chica intentó bajar un escalón de 5 centímetros con tan mala suerte que tropezó y se cayó. Se tragó el suelo.

Más tarde, conocimos a la Petarda Nº 2. Una señora de la que Chrístopher habla así:

 Salir de fiesta y que una petarda finesa sobre un taburete de leopardo te cuente lo feo que es Liverpool como si te fuera la vida en ello y encima se enfade porque le pidas una foto que atestigüe lo petarda que es, después de haber actuado como si te interesara mucho la brasa que te estaba dando.


La Petarda Nº 1 reapareció para nuestra desgracia. Hablamos de pedirle una foto que atestiguara su petardez. Le pregunté si se dejaba ser fotografiada, pero dijo que no, que odiaba las fotos. Entonces le dije que vale, tampoco nos iba la vida en ello. Era, al fin y al cabo, una tía petarda.



Así es la zona tranquila de Ruma.


Así es la zona no tranquila de Ruma.



Fue entonces cuando decidimos pedirle que nos fotografiara ella a nosotros. Accedió. Volvió a caerse al bajar del escaloncito, y fue entonces cuando casi muere chocando contra el suelo. Nosotros moríamos de la risa, ella de dolor. La Petarda Nº 1 estaba más y más enfadada, irradiaba furia, expulsaba odio por cada poro de su piel. 

Pero salimos a la calle, y fue entonces cuando esta tipa tuvo que escuchar canciones típicas españolas. En ese momento, huyó sabiendo que no tenía nada que hacer con nosotros, que no podía enfrentarse a gente más petarda que ella. Carmen Lucía nos deleitó con sus canciones. Merece una entrada kilométrica en este blog, pero estoy recopilando todas y cada una de las anécdotas para hacerlo como ella se merece.

Ruma mola. Las lámparas son retretes invertidos, y del techo cuelgan decenas de bombillas. Los taburetes tienen caras de gente petarda de los 70 y las paredes son de latas de Red-Bull. Volvimos hablando del Carnaval de Río de Janeiro, un tema de bastante interés para Alba Lúa. Después, un rato en Facebook, debatiendo sobre política.  

A Tampere también llega lo que pasa en España. Para quien no esté informado, podéis leer hacia dónde nos va a llevar María Dolores Cospedal (el De Cospedal se lo puso ella para hacerse la marquesa) a los castellanomanchegos AQUÍ. Es lamentable que tengamos, queramos o no, una presidenta a la que le importa una mierda la comunidad de Castilla-La Mancha. Esperemos que cuanto antes esta mujer se vaya a su casa y nos deje tranquilos. Recordemos que está ahí por sólo 1 diputado más. Qué suerte ha tenido la tipa.

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Ayer jueves, comimos en la universidad, como de costumbre. Salmón con arroz, ensalada con brotes de soja. Probé también las sobras de un postre de Pablo que todo el mundo odiaba pero a mí me gusto. Su tutora, Tuovi, me explicó detenidamente y paso a paso, cómo se cocina. Lo toman los militares.

Después, a la biblioteca, para sacarnos el carnet, y para Lapinkaari. Lara vino a visitarme y fuimos juntos al lago para sacar fotos con motivo del cumpleaños de una amiga suya. A pesar del frío y la ligera lluvia, había gente en bañador, saliendo de la sauna y tirándose al lago. Como diría el primer travesti de España en ese mítico vídeo de Manuela Trasobares, están todaaaas lo-caaaaaas.

Hechas las fotos, fui en bicicleta a comprar una pizza y cuatro manzanas. Lo de las cuatro manzanas no era premeditado. El caso es que mientras pedaleaba, la bolsa se rompió y cayeron al suelo las manzanas y la pizza. Venía un coche, y para esquivarlo salté de la bici estampándome contra la acera. El conductor siguió su camino tan feliz. Yo me sentía ridículo.

Alba y yo cenamos pizza de kebab de una marca italiana, luego unas manzanas y, para rematar, unos sandwiches de jamón y chorizo. Typical Spanish. A última hora, para City. En un principio, íbamos a ver un show de improvisación en una taberna irlandesa, pero terminamos viendo vídeos de Youtube. Cuando llegamos, ya había acabado la cosa, y volvimos para ver Kika de Pedro Almodóvar.



La madre de Almodóvar, LO MÁS.

Yo ya había visto la peli varias veces, así que me quedé dormido deleitando con mis ronquidos a Carmen, Chrístopher y Alba. Dormí en City compartiendo cama con Carmenlú. Esta mañana me he despertado a las 11.15 gracias a los golpes de Chrístopher. Una ducha en Lapinkaari, una comida repugnante en la universidad y luego al centro a comprar una bufanda. Unas latas de lonkero en el LIDL y los últimos preparativos antes de salir esta noche.


Hoy para comer.... ¡¡¡VOMITOOOO!!! Rico, rico.


Cosas que pasarán en las próximas semanas:

-ELECCIONES.

-Para quien no leyera lo que puso un chico en el grupo de Erasmus Tampere: llegan las elecciones del 20-N, y los que vivimos fuera tenemos que registrarnos AQUÍ. Lo que hay que hacer después (copiado literal del grupo de FB, y escrito por D.P.E.) es:

1) Registararnos como NO residentes en la embajadada en Helsinki (se puede hacer por correo)
2) Esperar a recibir una notificación con la información a cerca de como votar por correo.

Para registrarnos como no residentes tenemos que:
- Rellenar este formulario: http://www.maec.es/es/MenuPpal/Consulares/Formularios/Documents/2011INSCRIPCIONNORESIDENTE.pdf 
- 1 fotografía en color, tamaño carné, tomada de frente y con fondo blanco.
- Fotocopia del DNI.
- Fotocopia del pasaporte original en vigor
- Enviarlo todo a la:
Embajada de España
Kalliolinnantie 6
00140 Helsinki
Finlandia

Recordar que el periodo para votar por correo es antes que las elecciones y probablemente necesiten tiempo para registrarnos a todos.

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Hay que votar a Rubalcaba, por supuesto. Si no queremos que nuestro país llegue al total disaster al que nos quiere llevar Cospedal en Castilla-La Mancha.



-FESTIVAL MONSTERS OF POP.



Los próximos días 22, 23 y 24 de Septiembre se celebrará en Tampere el festival Monsters of Pop. Para más información, en inglés, AQUÍ.


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