sábado, 12 de noviembre de 2011

Vete a vivir a Estocolmo.

Estocolmo es genial. De todas las ciudades que he visitado desde que vivo en Finlandia creo que la capital de Suecia es la que más me ha gustado, junto con Riga, claro.

Salimos un jueves por la tarde de Tampere en tren dirección Turku (ida y vuelta, unos 25 euros). Bajamos en la última parada, enfrente del puerto, porque hay otra en el centro de la ciudad, y nos metimos a la estación de ferrys. Tras esperar un rato rodeado de nórdicos bebiendo alcohol como si no hubiera mañana, y una vez realizado el check-in con el que nos dieron las tarjetitas para abrir la puerta del camarote, nos dirigimos hacia el barco.

Tras recorrer varios pasillos, llegamos a una puerta con la que se llegaba a un puente que comunicaba con el barco. Allí nos esperaba un hombre muy petardo que gritaba y hacía extraños bailes rituales para que la gente posara en sus fotos. Esas fotos serían luego impresas y exhibidas en uno de los rincones del barco para que las compraras por más de 10 euros. Nosotros preferimos hacerle una foto, la METAFOTO.


Imitando al fotógrafo.


El viaje en barco Turku-Estocolmo nos llevó entre diez y once horas. Es la experiencia más bizarra que un ser humano puede vivir. Vale, no lo es, pero sí que es bastante petarda. Emil y Love nos contaron que en el barco suelen ir divorciados cuarentones/ cincuentones que se ponen hasta arriba de alcohol y tratan de buscar alguien con quien acostarse. Además de gente de esas edades, también había chonis jóvenes y gente vestida como si fuera a una boda de provincias. 

Nunca he hecho un crucero, pero supongo que el interior será, más o menos, como el de este: casinos (con niños jugando a las máquinas como si fueran auténticos ludópatas de vuelta de todo), buffets a 35 euros, restaurantes de todo tipo, piano-bar, karaoke (con la gente más deprimida de Escandinavia cantando), tiendas con alcohol y tabaco sin impuestos, gente que te da a probar chocolate Milka en las tiendas, discoteca, etcétera. En una de las discotecas había un espectáculo llamado Scandinavian Hunks.





En el vídeo no se aprecia la realidad del espectáculo. Entrando aquí igual os podéis hacer una idea de lo choni que es. Un grupo de tíos expertos en el mundo del anabolizante rodeados de cientos de mujeres, al borde del coma etílico (una de ellas casi nos vomita encima), que berrean como ciervos en sus momentos de mayor excitación cuando ellos se desnudan. Hombres en tanga con ridículos bailes, todos descoordinados para incrementar la tristeza del show. Un hombre comenzó a hablarle de repente a Alba, mientras tres leopardesas observaban el espectáculo. Esas tres señoritas habían viajado con nosotros desde Tampere y nos saludaban con mucho entusiasmo cada vez que nos cruzábamos por los pasillos del barco del pánico. Una de ellas se vio obligada a abandonar la función porque casi vomita mientras se bebía un copazo.


Barco del terror I.


Barco del terror II.


Nuestro camarote no era nada del otro mundo, 2 camas abajo y otras 2 pegadas a la pared arriba que se desplegaban. Un baño pequeño. A la vuelta también teníamos pantalla de plasma.

Llegamos a Estocolmo a las seis de la mañana, nos tomamos un agua de zapatos en el McDonald's y buscamos el hotel. Nuestro hotel era un barco reconvertido en hotel, con un comedor lleno de mesitas y ventanas que daban al mar y camarotes reconvertidos en camarotes. Estaba situado en Södermalm, una isla que forma la parte sur del centro de la ciudad. 

Estocolmo fue fundada en la pequeña isla de Stadsholmen, lugar hoy conocido como Gamla Stan (ciudad vieja), situada exactamente entre el lago Mälaren y el mar Báltico. Limita al norte con Norrmalm y Östermalm, y al sur con Södermalm. En total, se sitúa sobre 14 islas, siendo el agua un elemento omnipresente. La ciudad cuenta con 57 puentes que permiten circular entre los diferentes barrios. Por eso es llamada también la Venecia del Norte.

Según Visit Sweden, las 10 visitas imprescindibles a realizar en la capital sueca son:



1.El Museo Vasa

El buque de guerra Vasa se hundió el día que fue botado, en 1628. Fue rescatado en 1961, 333 años después. En el Museo Vasa podrás admirarlo en su esplendor.

2.El museo al aire libre de Skansen

Skansen es el museo al aire libre más viejo del mundo. Su museo comarcal acoge casas antiguas de distintas épocas. Skansen también incluye un zoo con animales nórdicos, tanto salvajes como domésticos, y un centro de celebraciones y festividades tradicionales

3.La Ciudad Vieja o Gamla Stan

La Ciudad Vieja es el centro histórico de Estocolmo con calles muy estrechas. El callejón más famoso, Mårten Trotzigs Gränd, sólo mide 90 centímetros de ancho. Las tiendas pequeñas y los restaurantes únicos, algunos ubicados en antiguas cárceles, son muy populares.

4.El Palacio Real - Kungliga Slottet

El Palacio Real de Estocolmo es la residencia oficial de su Majestad el Rey de Suecia es uno de los palacios más grandes de Europa. Ciertas partes del palacio son accesibles para los turistas.

5.El Ayuntamiento de Estocolmo - Stadshuset

El Ayuntamiento de Estocolmo es el lugar donde está representada la parte administrativa de la capital sueca y también donde se celebra el famoso banquete del Premio Nobel.

6.El Museo Moderno - Moderna museet

El edificio que acoge al Moderna Museet fue diseñado por el famoso arquitecto español Rafael Moneo. Acoge una bella coleccion de arte moderno en Europa.

7.La Casa de la Cultura - Kulturhuset

La Casa de la Cultura, ubicada en el centro de la ciudad, incluye galerías, escenarios, tiendas, cafés y restaurantes. La entrada es gratuita.

8.El parque de atracciones Gröna Lund

Gröna Lund es un histórico parque de atracciones situado en la isla de Kungliga Djurgården, al lado de Skansen.

9.El Museo Nacional - Nationalmuseum

El Museo Nacional es el principal museo de Bellas Artes y Diseño. Acoge pinturas, esculturas, dibujos y diseño moderno con obras de artistas famosos suecos e internacionales.

10. El ascensor de Katarina - Katarinahissen

El Ascensor de Katarina dispone de un mirador a 38 metros de altura. Subir en ascensor cuesta 10 SEK (aproximadamente 1 €) pero también es posible acceder a través de unas escaleras. En la cima encontrarás Gondolen, el restaurante del famoso cocinero Erik Lallersted.


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Nosotros no visitamos todo eso, pero sí que vimos el Palacio Real, el Ayuntamiento, la Ciudad Vieja, Skansen y múltiples iglesias. 

El viernes salimos en un sitio llamado Strand que nos recomendó Love. Había una fiesta llamada Popaganda, muy divertida, indie y petardeo todo el rato. Un camarero chileno que nos invitó a la cerveza. Una sueca muy maja que se hizo mi súper amiga y me presentó a todos sus coleguis. Un after en casa de una de sus amigas. Cuando cerraron el local, nos dirigimos hacia otro sitio que abría hasta las 5, pero al final decidieron acabar la noche en casa de una amiga cuyo nombre no recuerdo, y allí que nos fuimos a tomar una cerveza. Gente maja.

Al día siguiente seguimos callejeando por la ciudad más bonita de Escandinavia y, por la tarde, quedamos con Love. Nos hizo de guía por la Ciudad Vieja y acabamos la tarde en Carmen, un bar en mitad de Södermalm con cerveza barata y El Canto del Loco sonando en los altavoces. Arte. Después llegó Emil y estuvimos hablando un poco de todo hasta la hora de cenar. Compramos unas ensaladas y nos fuimos para nuestro barco-hotel a comer. Después, botellón en el camarote jugando al Ring of Fire para variar.


Otoño sueco.


El movimiento.


La típica imagen en la que saltas con árboles al fondo.


Ahhh, ese finde era Halloween.


Con un vikingo.


Love nos contó que un amigo suyo estuvo trabajando una temporada en Skansen. Un día, un americano que visitó el parque le preguntó si los suecos tenían los mismos problemas con los vikingos que ellos tenían con las tribus de los EE.UU. que viven en reservas indias. Una muestra de la inteligencia yanqui.

Esa noche volvimos al mismo edificio del día anterior, pero en esta ocasión a otra zona donde se celebraba una fiesta cuyo nombre no recuerdo con unos dj's muy petardos. Yo no me enteré de nada porque estaba entrando y saliendo con Love y Emil y un poco afectado por la cerveza, pero Alba y Chrístopher tuvieron un pequeño incidente con los pinchadiscos.

En un momento dado, tras pedir varias canciones rechazadas por el dj, Chrístopher decidió coger unos micrófonos que había por ahí tirados y dárselos a Alba. El dj se percató de lo ocurrido volviéndose loco. Llamó a un guardia de seguridad que hablaba español para decirle que le habían robado, pero Chrístopher le explicó que lo que pasaba era que él había rechazado al dj cuando éste se había intentado liar con él, comentándole que él no era gay y que no tenía ninguna intención de que ocurriera nada. Ante el rechazo de Chrístopher, el dj se había enfadado sobremanera y había decidido inventarse el robo. Cada vez más cabreado, zarandeó a Chris que, en un momento dado, le dijo a Alba que se largara con los micros en el bolso. Ella esperó en la calle mientras dentro se liaba parda. Finalmente, los de seguridad (porque después llegó otro) dieron la razón a Chris mientras el pinchadiscos se retorcía de ira.

Nos despedimos de Emil y Love, la pareja más bonita del mundo, y nos fuimos al hotel. Al día siguiente visitamos Skansen. 70 coronas de entrada. Skansen es un museo al aire libre así como un parque zoológico situado en la isla de Djurgården en Estocolmo. Se fundó en 1891 por Artur Hazelius con el fin de mostrar el modo de vida en Suecia durante los últimos siglos.


Con Emil y Love de fiesta.


Con Love, cantando con uno de los famosos micrófonos.


Oso muy feliz.


Pareja de osos amorosos.


Alces bailando.


En el siglo XIX, Suecia, como mucho otros países europeos, sufre profundos cambios. Su modo de vida muy rural deja paso a una sociedad industrializada, haciendo temer a mucha gente una pérdida de la historia, y de las tradiciones y hábitos nacionales. Artur Hazelius, que antes había fundado el Nordiska museet, crea entonces el primer museo a aire libre del mundo. Skansen formaba inicialmente parte del Nordiska Museet, pero se independizó en 1963. No obstante, los distintos objetos situados dentro de los edificios de Skansen pertenecen al Nordiska Museet.


Skansen agrupa alrededor de unas 150 construcciones procedentes de toda la Suecia, desmontadas y luego vueltas a montar, parte por parte en su emplazamiento definitivo, dando una visión global sobre la vida en Suecia pasando desde los pobres pueblos granjeros a las ricas residencias de la nobleza.

El museo presenta también una reproducción fidedigna de una pequeña ciudad con los talleres de los artesanos que trabajaban el cuero, la plata y también el vidrio. En el parque del museo, que se extiende sobre una superficie de 300.000 m², se encuentra un extenso zoológico que muestra un amplio abanico de animales escandinavos así como algunas especies más exóticas.

Desde 1903, el lugar central del museo se convierte a principios de diciembre en un mercado de Navidad muy popular, que atrae alrededor de 25.000 personas al día.

Para los que piensen visitar el parque: después de pagar las 70 coronas veréis que no podéis pasar a la zona de animales exóticos. Augusto consiguió colarse, pero los demás no pudimos. Sin embargo, merece la pena ir para ver las casitas suecas, los animales que sí se pueden ver porque están al aire libre (osos, jabalíes, renos, alces, lobos, linces, focas en aguas poco higiénicas, etc.).

Por la tarde volvimos al puerto, subimos al barco y dijimos adiós a una ciudad en la que, sólo por ser ciudadano de la UE, puedes estudiar un máster gratis. Para no pensárselo. Si tengo la oportunidad, me voy en cuanto acabe la carrera.