sábado, 31 de marzo de 2012

HOW TO DRESS WELL.





Ayer viernes 30 de marzo fuimos a Miami que es esa discoteca que no me gusta nada pero en la que siempre acabo pasándolo bien. Primero decidí que no salía, pero luego Ana, Alba, Inma, Dori y Pablo se quedaron a beber en Lapinkaari en lugar de ir a City y viendo el jolgorio me animé.

Cosas que pasaron a lo largo de la noche, por orden cronológico:


  1. Ana Mae llegó antes de las 22.00 a mi cuarto más borracha que una cuba. Es inglesa y disfruta bebiendo en soledad. Iba andando en zigzag y se puso de rodillas en mi cuarto pulsando el Next del Chatroulette para encontrar chicos ante los que mostrar sus encantos. Yo pensaba que en cualquier momento se sacaba las tetas, pero no hubo suerte.

  2. Me cambié y empezamos a beber en botellas de Coca-Cola light porque no teníamos vasos y nos daba pereza ir a la cocina a fregar uno. Nos pusimos a cantar en la habitación de Inma con un karaoke del Youtube. Cantábamos La Copa de la Vida de Ricky Martin y, de repente, alguien hizo SHHHH SHHHH. Nos dimos la vuelta tras cantar una parte de la canción que era instrumental (cantándola letra por letra hasta que llegaba el estribillo así: IIIIIIIIIIII NNNNNNNNNNN SSSSSS TTTTT RRRRR UUUUU MMMMM EEEEEE NNNNNNN TTTTTT AAAAAA LLLLLL) y descubrimos que era el hombre de seguridad. Nos pilló en un momento ridículo cantando a gritos. Fue bastante patético.

  3. Salimos y fuimos andando mientras continuábamos bebiendo camino de Miami. Inma y yo hablábamos animadamente contándonos nuestra vida y milagros. Llegamos y empezó nuestra Operación Robo haciéndonos con todas las copas de cerveza y lonkero posibles. Ana Mae cogió una cerveza que era de un catalán, el chico se cabreó más que un mono y el dj de la discoteca le decía que se relajase. Luego, el mismo pinchadiscos le dijo a Ana que la había visto robando la cerveza. Yo me aguantaba la risa delante del catalán mientras Javi Gatito me decía que me callara.

  4. Conocí a la amiga italiana de Serena que estuvo de Erasmus en Barcelona y habla español con un acento muy gracioso. Serena rechazaba a Steven porque lo había visto bailar con otra chica y se puso celosa. Su amiga se quejaba de que en la UB tenía que dar clases en catalán y de que los catalanes eran un poco bordes con ella. Mientras tanto, Ana Mae besaba al fotógrafo del club, que giraba la cabeza a veces para mirarnos relamiéndose al mismo tiempo. Alba también estaba ocupada, pero eso es confidencial.

  5. Unos chicos llevaban un trofeo que habían ganado en un torneo de fútbol sala. La cogí y bailé con ella, luego la llenamos con la bebida de Aino, que es una finesa amiga de Pablo que además iba conmigo a una clase de Mary McDonald, y bebimos de la copa. Luego le dimos vueltas a la parte de arriba y la copa se caía de lado a lado ante el cabreo de los dueños.

  6. Al final de la noche hablé por el micrófono del dj y fue un momento mágico. Cuando cerraron nos fuimos al McDonald's y yo le hablaba a la camarera con mi acento pedante, no me entendió y le empecé a hablar en español como si no supiera hablar en inglés. Ella no se enteraba absolutamente de nada. Luego nos pusimos a comer Pablo, Aino y yo. Muchas risas.

  7. Finalmente cogimos un taxi desde la Railway Station y pasé todo el viaje haciendo este sonido: iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiihhhhhhhhhhhhhhhh. Pablo y el taxista se meaban de la risa. Llegamos a Lapinkaari y empezó a sonar la alarma de incendios. Todo el mundo bajó a la calle, y yo bajé con Dori haciéndonos los dormidos. Tras ello fuimos a la habitación de Inma y estuvimos viendo vídeos de gitanas bailando y caballos galopando. Me quedé dormido con Dori en el colchón del suelo y me he despertado a las 11.30 sin saber por qué estaba ahí. La húngara ya se había ido porque no podía dormir con mis ronquidos (que yo sólo ronco si bebo, he de decir).



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Hoy hemos estado en Pyynikintori, en la Torre Nakötörni. Y os preguntaréis...¿qué narices es eso? Pues es una torre hecha de granito rojo traído de las islas Aland situada en lo alto de una colina cuya fama se debe a la elaboración de los munkins, que son una especie de donuts blanditos con especias en la masa. Puedes ir y tomar un café con este dulce en la cafetería de la planta baja, que estaba llena de gente haciendo cola. Nos hemos sentado en una mesa en la que un español muy raro se bebía una bebida extraña junto a su novia finesa. Nos ha contado que vino de Erasmus y se quedó aquí por amor. En realidad es lo único que ha dicho.

Tras tomarnos el munkin hemos subido a la terraza en el ascensor. Unas vistas preciosas de toda la ciudad, los lagos que se están descongelando y el emocionante atardecer nórdico. Una vez abajo, nos hemos tumbado frente al lago en unas rocas, disfrutando de las vistas. No sabía de la existencia de esa zona de Tampere, en la que hay una playita en la que bañarse en verano. Iremos en mayo.

Inma ha visto por fin cumplido su sueño de visitar la pequeña torre.


Alegría en la terraza de la pequeña torre.


Tampere bonito.


A veces me doy cuenta de lo petardo que soy.


Parejitas tomando el sol frente al lago.


Mirando al horizonte.


Metaamor.


A Inma le encanta el sol, disfruta.


Cafetería de la torre.


Aspecto desde el exterior.