jueves, 29 de marzo de 2012

You were such a P.Y.T.

Lo de ir a Estocolmo surgió de repente. Unos amigos tenían unas entradas para ver a Justice y, finalmente, no estarían en la ciudad, por lo que me las ofrecieron. No sabía qué hacer pues llevaba ya dos semanas de viaje. Diego F.F. me dijo que a él le apetecía, así que nos animamos y pillamos los billetes de ferry. Nada más volver de Bruselas me resfrié y pensé en renunciar al viaje. Al final fui (cómo no) y fue un fin de semana genial.


Esta señora se lo pasó en grande.


Estocolmo me enamoró en octubre y lo ha vuelto a hacer ahora. No sé qué tiene, pero engancha. Esto puede ser lo más cursi del mundo, y me da igual. Es una ciudad genial. Es una capital divertida. Puedes sentarte en un banco a ver a la gente pasar y estar entretenido. Eso en Helsinki no pasa. En la capital de Finlandia la gente no es tan guapa, ni va tan bien vestida, ni tiene esa actitud que los de Estocolmo sí poseen. 

Llegamos un viernes por la mañana tras un viaje de una noche en ferry procedentes de Turku. Tuve la oportunidad de ver la antigua capital de Finlandia por primera vez, ya que la anterior fuimos directamente al puerto sin pasar por el centro. No se diferencia mucho de Tampere ni de cualquier otra ciudad de este país. Todas tienen una estructura parecida, con una calle principal con su plaza central y sus R-Kioskis. Sí que es cierto que Turku tiene más pinta de ciudad, con centros comerciales, muchas tiendas y gente caminando por la calle. 

Tomamos un café haciendo tiempo para tomar el bus que nos llevaría a la terminal de ferrys. El sitio era muy elegante, muy típica cafetería del barrio de Salamanca llena de rubias pijas teñidas, pero con rubias naturales. No entiendo cómo en este país es imposible encontrar un café bien hecho (con excepción del Café Europa de Tampere). Pero en una cafetería como esa, en la que esperas un café medianamente normal, tenían la jarra con el café color marrón claro para que tú mismo te lo sirvieras. En este país, cada habitante toma al año 11'92 kilos de café. 3'8 tazas de agua de zapatos al día.

Después de cenar en el ferry unas costillas con salsa barbacoa junto con unas alas de pollo acompañadas por patatas, nos pusimos a ver J'ai tué ma mère una película dirigida y protagonizada por Xavier Dolan, procedente de la Canadá francófona. Cuenta la historia de un hijo que tiene una relación de amor-odio con su madre. Me gustó más que Les amours imaginaires, la otra peli dirigida por Dolan. 




Una vez en Estocolmo, a las siete de la mañana, teníamos que esperar hasta las once a David, un amigo de Diego Fernández que está allí de Erasmus. Tenía clase, y nada más acabar vino a recogernos al McDonald's en el que pasamos la mañana ya que íbamos con las maletas y no nos apetecía estar paseando con nuestras pintas tras la paliza del ferry. Tuvimos suerte de que él también iba al concierto con una amiga.

Fuimos a comprar una tarjeta con la que usar trenes, buses y metro durante todo el fin de semana. Cuesta unos 21 euros (allí en coronas) y te permite viajar todas las veces que quieras durante 3 días. Yo perdí mi tarjeta esa misma noche con lo que me vi obligado a colarme en todos los transportes. 

Tras hacernos con la tarjeta, nos dirigimos al Lidl para comprar provisiones con las que sobrevivir esos días. A Diego se le rompieron las ruedas de la maleta y las dejó tiradas dentro de una cesta de la compra. 


Diego F.F. en la cocina de la resi de David.

Fuimos a la universidad de David y flipamos con las instalaciones. Es tan moderna como la nuestra, pero tiene una biblioteca llena de revistas geniales que aquí no tenemos. Así es Suecia. 

Comimos, recogimos las entradas de manos de mis adorados amigos suecos y bebimos. Con nosotros estaba una chica iraní llamada Mehrdokht a la cual no llamé por su nombre en ningún momento ya que aún hoy sigo sin conocer su pronunciación. Nos contó la historia de su vida: siempre ha vivido en Suecia, pero sigue viajando cada año a Irán. Nos dijo que cada vez que coge un avión vive situaciones extrañas, como la última vez, cuando tuvo que parar repentinamente en otro país porque no autorizaban el aterrizaje en Estocolmo... Hablamos de las sanciones a Irán por parte de Estados Unidos, de cómo afecta al pueblo y no a los verdaderos culpables de la situación. Y toda la conversación a raíz de un reportaje de esa genialidad de revista que es Monocle publicado en su número de febrero (Pulling the rug: Iran's carpet makers get knotted).

Pensábamos que el concierto era en el Stockholm Globe Arena, pero finalmente fue en un edificio adjunto a éste. Para entrar al recinto había que pasar un control de seguridad, llegando a una zona donde dejar los abrigos desde la que hablamos por teléfono con mi madre (sobre todo habló Diego F.F.). Una vez dentro, nos encontramos con barras en las que vendían bebidas y otro nuevo control en el que enseñar las entradas por segunda vez para poder acceder a la zona más cercana al escenario. Diego no superó ese segundo control debido a su estado etílico y decidió saltar la valla cogiendo carrerilla. El resultado fue que su cuerpo reventó contra el suelo, pero se levantó con total dignidad para luego salir a orinar. En ese momento le perdimos de vista y no volvimos a saber nada de él hasta el final del concierto.

Mientras Diego nos mandaba mensajes al móvil que delataban su borrachera, yo bailaba con David y la iraní de nombre impronunciable. En mitad del concierto fui a pedir una cerveza. Así fue como yo también me perdí y acabé viendo el show yo solo en una esquina. Conseguí encontrarme con Diego, que nos odiaba porque pensaba que le habíamos dejado solo. Estuvimos los dos bailando tan contentos y luego nos fuimos a la calle, donde su furia alcohólica hizo que me pegara un empujón y nos gritara con odio sideral mientras a mí todo me daba igual dada mi felicidad. 

Resumen de los mejores mensajes de Diego F.F. al móvil:

vie., 2 mar. 2012, 22.31

I'm with the police. Thanks for having waited for me.

vie., 2 mar. 2012, 22.35

estoy diego y llevo una hora solo llamándoos a todos. Te espero delante d todo.

vie., 2 mar. 2012, 22.39

Diego yo no puedo pasar las barras, me ha pegado la policía y llevo una hora llamándoos.

vie., 2 mar. 2012, 22.41

Vete al banho porfa. Llevo una hora llorando ahí. Tengo sueCia d todo, y sin chaqueta.

vie., 2 mar. 2012, 22.41

Pueds venir a darme el puto ticket de Justice? Llevo vomitándoos media hora y estoy en el puto medio d la pista.

vie., 2 mar. 2012, 22.51

Gracias a los dos.

Como puede observarse estos mensajes no tienen ningún tipo de sentido.




Decidimos ir a una after-party donde iban a estar los de Justice y, tras media hora buscando el sitio en medio de un polígono, lo encontramos y conseguimos colarnos en la fila. Pagamos 17 eurazos por entrar y a los diez minutos nos tuvimos que ir porque Diego estaba muriendo. Se fue solo y fuimos a buscarlo. Por el camino nos encontramos a un sudamericano que buscaba su hotel (?) y a un noruego al que le dije que Oslo está lleno de prostitutas y drogadictos. Me contestó que no conocí el Oslo guay. Tendría razón, supongo.

Encontramos al gallego en el metro, donde también estaban unos franceses muy petardos. Nos dirigimos hacia la residencia de David y llegamos a su habitación tras la prueba de obstáculos que ello suponía. Su resi está a las afueras de Estocolmo, justo en mitad del campo. Para llegar a ella, hay que subir una gran cuesta toda cubierta de hielo, por lo que cuando intentas andar te vas hacia atrás cayéndote continuamente. Yo no me llegué a caer (¡milagro!), pero Diego se cayó varias veces, lo que incrementó el dolor que sentía tras su salto de valla mortal.


Las francesas petardas del metro.

También tengo que mencionar al compañero coreano de David (comparte habitación). Ese hombre de Seúl nos odió un poco porque se sentía incómodo con tres personas más durmiendo en la misma habitación, así que le dijo a su compañero que no quería que se quedara más gente, aunque David ya se había comprometido con otros amigos a dejarles dormir allí. No sé cómo habrá acabado la cosa. Sólo recuerdo la frase del coreano diciendo que el domingo tenía que levantarse a las ocho para ir a misa... Pánico.

RESUMEN FOTOGRÁFICO


Estación de metro muy extraña.


Hamburguesa de McDonald's que no existe en Finlandia y patatas ricas que tampoco existen.


David y yo muy contentos y etílicos.


David accediendo a su resi por la ventana.


Diego espera en la puerta de la residencia como un señor.



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Tengo que decir que escribí todo lo anterior hace casi dos semanas y no he tenido tiempo de continuar las hazañas en Estocolmo porque he estado muy liado con un ensayo titulado The limits and possibilities of transnational journalism: The case of North Korea que, por fin, entregué el viernes pasado.

¿Qué me queda por contar de Estocolmo? La verdad es que hace un mes de todo esto, pero haciendo memoria:

  • Descubrimos una cafetería muy guay en la que por 40 coronas (4,49 euros) tenías un café y un pastel de entre decenas de posibilidades. Yo escogí un muffin de chocolate enorme que no pude acabarme y se terminó Diego. El lugar estaba en la misma zona donde comimos Augusto, Chris, Alba y yo en nuestra visita a Estocolmo en octubre. Una zona que según Emil es un paraíso hipster y es una pasarela de modelos (metafóricamente) en verano.

    Tomando el café con Emil y Love descubrimos que en Pyongyang hay embajadas de países europeos. Vale, yo pensaba que China o Rusia tendrían embajada, pero otros países... Pues resulta que Suecia tiene embajada, y allí se va a ir a trabajar un amigo de los suecos. ¿Os imagináis vivir/ trabajar en Pyongyang? Sería una experiencia muy fuerte... Reino Unido, Suiza, Cuba y muchos otros países tienen embajada en la capital de Corea del Norte. Pánico.

  • Salimos de fiesta el sábado por la noche a una discoteca cuyo nombre no recuerdo en la que sólo ponían canciones de Eurovisión. Un lugar en el que no suena otra cosa que no haya pasado por el festival. Pusieron Dime de Beth, Europe's living a celebration de Rosa de España y Que me quiten lo bailao de no sé quién, porque no tengo ni idea de quién lo cantaba. Antes de eso hicimos botellón en el McDonald's primero con gran sigilo y después sin vergüenza. Acabamos dando las gracias a un camarero por dejarnos beber.
    El hombre millonario que daba miedísimo.

    Una vez fuera de la discoteca, conocimos a un hombre que daba muchísimo pánico y que nos dio su tarjeta de visita. Pues ese hombre es decano de una facultad de arquitectura, vive en un piso enorme de lujo e inventamos nuestras personalidades.

    Yo me llamaba Federico Trillo y era de Uruguay. Supimos de su riqueza y posesiones inmobiliarias gracias a los suecos que nos contaron que es un conocido de la noche de Estocolmo. Aquí una imagen de ese hombre petardo.

  • Emil me contó que si me eligen para hacer el máster en Lund, me darán clase sus compañeros. Él está haciendo la tesis doctoral sobre la censura en Rusia, y vive entre Estocolmo y Lund. Ya da clases en la universidad, y ha estado un mes en Rusia investigando sobre su trabajo y preguntando a la gente. Emil y Love son la mejor pareja que he conocido en mi vida. Quiero sacar un 90 en el TOEFL y largarme a Malmo para hacer el Máster en Estudios Asiáticos. ES NECESARIO. En España no hay futuro. Ninguno.

Seguro que en ese viaje pasaron muchas más cosas divertidísimas, pero no me acuerdo ya que ha pasado un mes desde entonces. Me arrepiento de no haber actualizado el blog en su momento, pero vivo tantas emociones y momentos divertidos que apenas tengo tiempo para entrar aquí. Lo siento, amigos míos.


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En las semanas posteriores a Estocolmo me dediqué a pensar en mi vuelta a España el próximo 1 de abril con motivo de la Semana Santa. Pensé que me quedaría todo el mes en Tampere pero la cosa cambió cuando vimos un vuelo a Kaunas por 33 euros. ¿A quién no le va a gustar ir a Lituania? A nosotros nos encantó la idea y decidimos que había que ir. Así que el viernes pasado (día 23) cogimos un vuelo Tampere-Kaunas y allí nos plantamos en unos 45 minutillos de nada. Llegamos alrededor de las once de la noche, y a las 00.15 nos esperaba un hombre para llevarnos en furgoneta desde el aeropuerto de Kaunas a la capital, Vilnius.

En el trayecto descubrimos unas bolsas para vomitar y decidimos fundar una nueva religión cuya vestimenta se basa en poner una bolsa de plástico sobre la cabeza. La crónica del viaje a Lituania en unos días...


Momento de pánico en Vilnius.