viernes, 20 de enero de 2012

Las maravillosas historias de La Pechoni.






Belén es una profesora de español de la University of Tampere que se fue de Erasmus a Inglaterra. Allí conoció a su novio finés y pidió todas las becas que le pasaron por delante, consiguiendo que crearan una plaza en su home University para irse a estudiar a París, donde se reuniría con su rubio. Años después fue contratada en Tampere y aquí está viviendo súper adaptada a la tranquila vida nórdica.

El día que le contó a su madre que su novio es de Finlandia, ésta le contestó:

-¿Pero es negro?
-Pero si es de Finlandia, ¿por qué va a ser negro?
-Como una vez estuve en París y estaba todo lleno de negros...



Quizás su madre pensaba que el novio era Andallá de Gran Hermano.



Hablando de Gran Hermano, ayer empezó la decimotercera edición. Con el cierre de Megavideo y Megaupload no teníamos nada que hacer así que nos dedicamos a ver el programa. Un grupo de gente petarda entre los que yo destaco: 

  • Ariadna, una chica que baila en Stardust, lleva el cuerpo lleno de tatuajes y es hija del cantante de Obús. Tiene pinta de acabar liándola a gritos en las casa.

  • María Pilar Ochoa, una petarda del pueblo de Ana Segura (muy emocionada por la entrada en la casa de una paisana suya). Espero que deje a su novio con el que se supone que se va a casar y se líe con el bombero en directo. Su pelo me fascina y me da asco al mismo tiempo.

  • David, un ni-ni de 37 años que se define como comercial y dice que "oposita a bombero". Su mayor preocupación son las mechas de su cabellera. Tiene cara de buena persona, pero parece que está sufriendo de manera continua. Él es el que debe liarse con la Ochoa.

  • Azucena, una señora cuya voz causa verdadero terror en todo aquel que consigue escuchar más de tres palabras suyas sin salir corriendo presa del pánico. Tiene una mano deforme de nacimiento, hecho que destacó en su vídeo de presentación sin ningún sentido.

  • Sindia. Una mujer insoportable (empezando por el nombre), chabacana, malhablada, fan de Camela, ignorante, petarda, etcétera.


Ya sé que mucha gente odia este programa, pero nuestro aburrimiento era tal que acabamos viéndolo hasta el final. Así es nuestra vida, amigos.



Alba viendo Gran Hermano.


Hoy viernes hemos empezado las clases. La verdad es que este año estoy más agobiado que nunca, son todo prisas y nervios. Estoy tomándome pastillas para el estrés. 

Es mentira. Sólo tenemos clase los viernes. Más adelante empezaremos otra clase que sólo va a durar una semana y otras dos que empiezan a mediados de febrero. La que hoy ha comenzado es Transnational Journalism, cuyo nombre en mi cabeza suena a: países diferentes, culturas diversas, corresponsalías, cosas interesantes. La primera clase me ha aburrido. Casi me duermo porque además es a las 09:00 am con lo que he de levantarme a las ocho. Espero que la cosa se anime en próximas semanas.

En clase teníamos que hacer grupos de trabajo. El profesor quería poner a un español en cada grupo para que no fuéramos varios en uno solo, dado que somos la nacionalidad más numerosa. Su idea ha sido imposible y Albert y yo hemos acabado en el mismo grupo con La Pechoni, una señora rusa cuyos pechos son dos sandías de veinte kilos cada una. Además de tener ese tamaño descomunal los posa en la mesa para descansar, con lo que es inevitable e inexplicablemente atrayente mirar hacia su escote. Pánico, terror, miedísimo.

Si a La Pechoni sumamos el hecho de compartir pasillo con Yola Berrocal sé que en mayo, cuando acabe el Erasmus, no tendré miedo a nada.


Mujer de mi pasillo sin maquillaje.


Tengo mucho sueño porque no estoy acostumbrado a madrugar. No me gusta madrugar y me cabreo si tengo que hacerlo. No hay necesidad de poner las clases a las nueve de la mañana si se puede ir a las seis de la tarde, ¿no? Y no lo digo por dormir hasta las cinco. Odio madrugar y siento ganas de explotar el teléfono móvil contra la pared cuando suena el despertador. Ahora Alba me despertará todas las mañanas gracias a que vivimos pared con pared corriendo el riesgo de que la odie con todas mis fuerzas si su cara es lo primero que veo nada más despertar.

Me quedé con la cafetera de Augusto, que se fue el martes, y la desinfecté detenidamente porque tenía moho de color naranja, algo fantástico si no fuera desagradable. Todos los mohos deberían ser naranjas o de colores flúor. Hice café con Serena y Javi y me lo he bebido dos días después. Serena sufre por amor de un hombre finés que se larga a Seúl. Corea del Sur es el futuro. 

Como es el futuro, he decidido aprender coreano para llegar allí y hacerme amigo de toda esa gente tan simpática y divertida. Ayer empecé con el alfabeto, me descargué tres aplicaciones en el móvil, llené diez páginas de apuntes y me he comprado un kit de aprendizaje que me van a mandar por correo. He escrito en el grupo de Facebook de Erasmus Tampere y un coreano del anterior semestre me ha dicho que ojalá lo hubiera dicho antes porque ya se ha vuelto a Asia. También he puesto un anuncio en un tablón de la universidad con el siguiente texto:

MY NAME IS DIEGO
I OFFER SPANISH
I WANT TO LEARN KOREAN
E-MAIL



Esta tarde he jugado al Cluedo en finés y no me enteraba de nada. Pablo se enteraba de menos que yo y no enseñaba las cartas que tenía que enseñar. He perdido por su despiste, pero debería haber ganado porque soy un ganador.


Quiero esta mochila pero cuesta 60 libras y prefiero gastármelo en viajar.
Si alguien me la quiere regalar lo acepto.



Buenas tardes.