sábado, 4 de febrero de 2012

Congelación.

Ahora mismo aquí no se puede salir a la calle. Hemos llegado a los -29 grados, lo cual es digno de contar a los nietos como batallita cuando llegue la vejez, o de ser publicado en Facebook a medida que las temperaturas van descendiendo hasta alcanzar la del congelador de mi casa. Pero no se limitan a los -18 (según fuentes tan fiables como Foro Thermomix, es la ideal para mantener la comida en el congelador), sino que siguen bajando hasta límites que nunca antes pude llegar a creer.

Cuando me explicaban la sensación del frío antes de que pudiera sentirlo por mí mismo, nunca lo habría imaginado tal y como es. Trataré de explicarlo.


  • ¿Qué necesitas para salir a la calle?

    Unos calcetines térmicos, unos calcetines normales, un par de botas, unos pantalones térmicos, unos pantalones normales para poner encima de los térmicos (mejor si son de pana), una camiseta de manga larga, un jersey, una cazadora de plumas, una bufanda de lana que pueda girar alrededor de tu cuello mínimo diez veces, un gorro estilo ruso que te cubra hasta las orejas o un gorro de lana de los de toda la vida, y guantes de ir a la nieve. No recomiendo la camiseta térmica porque puede provocar sudoración.

    En esto, como en todo en la vida, hay gente que necesita menos ayuda frente al frío polar. Puede que tú seas uno de ellos en caso de:
-Ser Yu Zhenhuan, el hombre más peludo del mundo.


-Estar rodeado de abejas como atmósfera protectora.


-Ser Catwoman.



  • ¿A qué problemas te enfrentas en la vía pública?

    En primer lugar, al abrir la puerta de tu casa para salir a la calle, el viento abofeteará tu cutis. Sentirás que tu piel arde (qué paradoja) y el frío permanecerá en ella un buen rato, aunque ya estés resguardado en un lugar caliente. Si te ves obligado a caminar y llevas gafas, olvídate de ver si no quieres que se te congele la nariz. Debes elegir entre taparte las napias o saber por dónde andas: si tapas tus orificios nasales el vaho cubrirá los cristales haciéndote sentir ciego y consiguiendo que el público piense que eres idiota. Así que lo mejor es congelarte y ver.

    Una vez tu nariz está indefensa, los orificios nasales se congelarán y se te hará difícil respirar. Literalmente, tendrás hielo dentro de la nariz. Si llevas barba, también se te congelará. Si tienes pestañas, estarán cubiertas de hielo. Y un consejo para las chicas: no uséis máscara de pestañas porque se os pueden caer. Con un rato andando por la calle, notarás una presión en la frente, nariz y entrecejo que se convertirá en dolor.

    A todo esto hay que añadir el estado de las calles. Todo lleno de nieve que se ha convertido en hielo (más de un palmo). En muchas aceras hay gravilla que permite que los zapatos no resbalen, pero hay muchas zonas en las que sólo hay hielo, con lo que caminar se hace complicado. Las caídas son frecuentes. Lo mejor es ver cómo otros hacen el ridículo cayendo, lo peor es hacerlo tú. En ese caso, te importará poco el dolor de la caída, pensando más en la vergüenza de no poder levantarte del suelo.

    También hay que tener cuidado con los coches. Les cuesta frenar, y he visto ya un accidente en el que uno de ellos continuaba su camino sin frenos sobre el hielo tragándose al que tenía delante.



Mujer llorando hielo mientras se pregunta en qué momento decidió irse a vivir a Finlandia.


Homenaje al hombre que murió 28 segundos después de sacarse esta foto.


  • ¿Qué hacer al entrar en un lugar cálido tras congelarte en la calle?

    Lo primero es quitarte el abrigo. En la universidad hay una zona dedicada exclusivamente a colgar abrigos, con una base de metal en la que la gente deja sus botas para que suelten el hielo. Todavía no he visto a nadie dejar las botas ahí. Tampoco creo que nadie viva llevando siempre dos pares de zapatos. Después puedes quitarte el gorro y mirarte en un espejo para descubrir que tu cabeza ahora tiene forma de Calimero. Si has tenido la suerte de que no se te llene de hielo el flequillo, puedes vivir el resto del día con dignidad. De lo contrario, olvídate, e intenta ir con la cabeza bien alta a pesar de llevar un nido como peluca.



    Cabello problemático = persona sumamente triste.

    Nada más traspasar la frontera calle/interior-de-cualquier-sitio, tu cara cambiará del blanco al morado, rojo si tienes suerte. También es posible que el cambio de temperatura te produzca un dolor de cabeza sideral.

    Si has hecho el esfuerzo de salir a la calle, morir de frío, quitarte las capas convirtiéndote en una suerte de cebolla y sobrevivir a todo ello, ¡date un capricho! Come todo lo que quieras al llegar a tu destino (si es que has ido a comer, motivo por el que nosotros nos desplazamos a la universidad más que para ir a clase). Me han dicho que el frío adelgaza. Y parece que es cierto.

    Pasar frío aumenta la quema de grasa corporal. Nuestro cuerpo utiliza energía para mantenernos calientes, y cuando perdemos más calor de lo normal se utiliza el tejido adiposo como energía para regular la temperatura, es decir, se quema la grasa para calentarnos. Si no tenéis la suerte de vivir en Finlandia y morir congelados cada vez que salís a la vuelta de la esquina, podéis quemar grasa a través del frío de tres maneras distintas: con duchas frías de tres minutos, colocando bolsas de hielo en el cuello durante 20 minutos o bebiendo agua helada en ayunas. No voy a decir que me he inventado estas técnicas, pero lo cierto es que no me las creo. Os felicito si os funcionan. 


  • ¿Qué pasará cuando suban las temperaturas y no haya hielo en las calles?

    La primera consecuencia será el deshielo. El hielo se irá convirtiendo en una agüilla de color marrón en la que nos hundiremos y resbalaremos con el riesgo de sufrir numerosos accidentes. Será entonces cuando me arrepienta de desear una subida de las temperaturas.


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PRÓXIMAMENTE EN MIS HAZAÑAS POR EL MUNDO: CENAR en casa de TU PROFESORA DE LA UNIVERSIDAD; ELECCIONES EN FINLANDIA; RUBALCABA; INTENTO DE ASESINATO EN EL FAST-FOOD; NUEVAS ASIGNATURAS, ETC.